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Educación post pandemia: un nuevo horizonte

Academia Cultural Inglesa Devoto

Volver a empezar, con la alegría de volver a compartir nuestros espacios, al contacto humano, los vínculos reales y aprendizaje con el otro.

La educación volvió a las aulas, con personas, con libros y carpetas, con pantallas y computadoras, con caras tapadas por barbijos, pero finalmente de manera presencial.

Con la alegría de volver a compartir nuestros espacios, se plantea un nuevo escenario que recoge sin dudas lo positivo del aprendizaje a distancia con lo necesario de volver al contacto humano, los vínculos reales y aprendizaje con el otro, sobre todo en nuestro caso, ya que un idioma es compartido por quienes se comunican a través de él. 

Si algo bueno dejó la pandemia, es saber que tanto docentes como estudiantes pueden ser creativos e innovadores; y no sólo eso, sino que también son investigadores y se adaptan a los cambios. La tecnología ha permitido continuar los procesos de enseñanza-aprendizaje, de acuerdo con las necesidades y exigencias del contexto educativo remoto. 

Reflexionamos sobre cómo comenzamos a construir sobre el permanente cambio desde una visión integral como educadores y notamos la necesidad de volver a recuperar los hábitos, ejercitar la memoria sin dispositivos tecnológicos y razonar, resolver o simplemente redactar una historia con la sola inspiración que nuestra imaginación. Muchos de los obstáculos que surgieron en estos últimos dos años, no son nuevos, sino que ya existían y nos dieron la posibilidad de visualizarlos aún más. Estos obstáculos se han convertido en retos y en oportunidades de mirar la educación desde una perspectiva diferente. Muchos niños y jóvenes han pausado una parte importante de su desarrollo, en cuanto a la socialización, la alfabetización, la motricidad, la emocionalidad. La pérdida o modificación repentina de rutinas, la ausencia de actividades extraescolares asociadas a los miedos ha claramente modificado las infancias y las vidas de cada uno de nosotros. 

El contexto actual deja un espacio clave que nos permite seguir innovando sobre la base de nuestra tradicional experiencia, tomando las bondades de lo virtual, la clase invertida, el aprendizaje basado en proyectos, fomentando conexiones reales y significativas a través del aprendizaje de un idioma. 

Hoy se vive en un ecosistema digital, con todo lo que ello implica. Sin embargo, las bases de un buen aprendizaje radican en lo humano, en los vínculos, en los recursos de las personas para hacer de ello una experiencia cargada de significado y contenido valioso para cada uno y su presente y futuro. Vamos por ello. 

Lincoln y Habana4501-2798

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