“La Ciudad se quedará con la cárcel de Devoto al menos por un tiempo más”, comentó este mes el actual Ministro de Seguridad, Horacio González • 3000 policías son destinados al cuidado de presos.
La expectativa de los vecinos de Villa Devoto por el cierre definitivo de la histórica cárcel de nuestro barrio vuelve a quedar en suspenso. Pese a los anuncios oficiales y la reanudación de las obras del nuevo Centro Penitenciario Federal de Marcos Paz, la superpoblación carcelaria y la falta de plazas suficientes amenazan con demorar, una vez más, el traslado del penal que desde hace décadas marca la vida cotidiana de la zona.
ANUNCIO DE MACRI

En enero, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, encabezó la reactivación de los trabajos en el predio de Marcos Paz (ver nota), un proyecto que promete 2.440 plazas y una solución largamente esperada por los devotenses. “Es una respuesta concreta para que los porteños vivan más seguros”, afirmó entonces, acompañado por su gabinete. La obra, paralizada durante la gestión anterior, tiene fecha de finalización prevista para fines de 2025, en un contexto crítico: mientras la capacidad actual de detención en la Ciudad es de 1.041 plazas, la cantidad real de detenidos casi duplica ese número.
UN TIEMPO MÁS
Sin embargo, la realidad es más compleja de lo que indican los discursos. El propio ministro de Seguridad porteño, Horacio Giménez, fue contundente al describir la situación: “Más allá de las promesas pasadas, la Ciudad se quedará con la cárcel de Devoto al menos por un tiempo más. La idea del Jefe de Gobierno es cumplir con esa promesa vieja y cerrarla. Pero ahora prima la necesidad: allí hay unos 1.500 presos, si nos los llevamos a la cárcel nueva, quedan unas 900 plazas para los más de 2.500 que tenemos en comisarías y alcaidías. Seguiríamos con el mismo problema”. La frase resume el dilema: aunque la nueva cárcel esté lista, no alcanzará para resolver el déficit de plazas y la sobrepoblación que afecta a todo el sistema penitenciario porteño.
ACUERDO CON NACIÓN
Mientras tanto, la Ciudad avanza en negociaciones con el Gobierno nacional para recibir la cesión de parte del penal de Ezeiza y la cárcel de Jóvenes Adultos de Marcos Paz, además de algunas alcaidías menores. La ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, elaboró un borrador de convenio que prevé fondos y transferencias, aunque aún restan detalles por acordar. “Se está trabajando muy bien, tratando de buscar el acuerdo de cómo va a ser la operatoria, como cuando pasó la Policía Federal a la Ciudad. Hay decisión política de ponernos de acuerdo”, explicó Gabino Tapia.
La urgencia por liberar a la Policía de la Ciudad de la custodia de presos –hoy hay 3.000 efectivos afectados a esa tarea– llevó a acelerar la incorporación de guardiacárceles retirados del Servicio Penitenciario Federal y Bonaerense. El objetivo es sumar 600 nuevos agentes y profesionalizar la gestión de las alcaidías, que en los últimos meses sufrieron fugas y episodios de violencia.
En este escenario, la cárcel de Devoto seguirá siendo, al menos por un tiempo más, una presencia ineludible en el barrio. Los vecinos, que durante años reclamaron su traslado, deberán convivir con la incertidumbre y la promesa renovada de un cierre que, por ahora, parece seguir postergándose.