El excesivo uso de las pantallas se está convirtiendo en una necesidad central en la vida de las personas, esto genera miedo a estar desconectados.
La Licenciada Graciela Surace nos cuenta: “Escucho desde hace tiempo y de manera creciente, la preocupación de algunos padres, por la forma en que sus hijos se relacionan con la tecnología.
Observan que el interés central de sus vidas, es permanecer todo lo que puedan frente a la pc; jugando juegos online , hasta altas horas de la noche, perturbando el descanso familiar y por supuesto el propio, mostrando euforia cuando se gana y enorme mal humor cuando se pierde, circulando en las redes,mirando otra vidas y mostrando la propia, demostrando gran desinterés por el ocio, o el deporte o la salida con amigos; convirtiendo la pantalla en la vida misma.
El miedo no es a las nuevas experiencias, sino al estar desconectado. Ocurre que a veces los padres permiten que niños pequeños se relacionen por demás con complementos tecnológicos, que sustituyen el acompañamiento y la función de ambos progenitores, hermanos o cuidadores. No es extraño ver a una pareja que se sienta en un restaurant y de inmediato instalan la tablet delante del niño para entretenerlo, y la figura se completa cuando los padres se sumergen cada uno en su celular.
Hay algo roto en este tipo de dinámica, falta la palabra, la mirada, la enseñanza. Algo fragmentado se hace presente cuando la imagen captura de esa forma. Parece que lo virtual les garantiza la ausencia de frustraciones; y este engaño los torna vulnerables e inseguros frente al mundo real; comienzan a operarse cambios sutiles en el sentir y en el vivir, cuando el contacto visual, la palabra, el tono de voz, y todo lo gestual es reemplazado por un emoticon.
En estos tiempos de hiperconexión, es difícil notar cuando se torna patológico el uso de internet; pero cuando cuesta detenerse, cuando hay aislamiento y se prefiere la pantalla a la presencialidad de un otro, cuando hay alteraciones de sueño y de comidas, cuando hay ira si falta la conexión, y si aparecen dificultades interpersonales, puede suponerse que el uso informático se ha tornado adictivo.
Lo dicho no niega el universo de posibilidades creativas que ofrece la realidad virtual, pero en tanto no reemplace el diálogo y el contacto entre seres humanos, estos vínculos son sustancialmente enriquecedores y tienen características únicas y propias .
Como siempre es mejor prevenir que curar, por eso, ofreciéndole al niño una vida guiada y compartida, es muy posible que no busque como única salida a lo virtual. Podemos usar y aprovechar las herramientas tecnológicas , sin aislarnos, y sin esclavizarnos a las mismas.” finaliza.
Graciela Surace – Psicóloga
Más de 30 años de experiencia – Malestar anímico, falta de intereses – Trastorno de ansiedad, depresión
Consultorios Devoto y Barrio Norte
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