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La Cobrita Sánchez: de Villa Devoto al mundo

Su próxima pelea, el 21 de julio

Nació en Chaco pero se mudó a Devoto cuando conoció a su marido • Siente que el barrio la adoptó • Entrena todos los días en el “Félix Marino”.

Villa Devoto tiene una fiel y muy destacada representante en el boxeo argentino. Andrea “La Cobrita” Sánchez, de ocho años de trayectoria profesional, reside en el barrio desde que conoció a su marido, y siente que estas tierras la adoptaron. Entrena todos los días en un club de la zona y se prepara para su próxima pelea: el 21 de julio, en la que buscará sumar ranking para luego disputar por el Título Mundial.

Andrea tiene 33 años. Nació en Villa Ángela, Chaco, y es hija de otro famoso boxeador (“La Cobra” Sánchez) del cual heredó el apodo. Apenas arribada a Buenos Aires residió en Almagro, porque allí se encuentra la sede de la Federación Argentina de Box. Luego se alojó en el Cenard. Nada la vinculaba en ese entonces a Villa Devoto, hasta que en 2018 conoció a quien se convertiría en su marido.

Él es nacido acá, y su familia vivió toda la vida. Nos vinimos rápidamente a vivir juntos y me enamoré de Devoto, donde los vecinos me adoptaron”, cuenta Andrea. En este barrio atravesó el embarazo de su hijo, Augusto. “Pasé toda la pandemia embarazada y por eso es que a mi hijo ya lo conocen y preguntan por él desde antes de nacer. Es algo bien de pueblo, me encantó”, agrega.

“La Cobrita” cuenta que el primer lugar donde socializó en Devoto fue el Hospital Zubizarreta. “Cada seis meses, los boxeadores tenemos que hacernos estudios para renovar nuestra licencia. Y mi marido me llevó allí, fue la primera vez que iba. Me trataron muy bien, y después, nos hicimos conocidos con los médicos”, explica.

Esta reconocida boxeadora entrena todos los días en el Club Ateneo Félix Marino, de Habana 4568. “Como deportistas de alto rendimiento, siempre buscamos un club que nos apadrine, nos sponsoree y nos dé un lugar de entrenamiento. Cuando me mudé a Devoto, mi marido me habló de acá, porque él también frecuentaba el gimnasio. Me dijo que era familiar, y que era parecido a los sitios donde entrenaba. Lo vi bien, y cuando él fue a hablar para que me apadrinen, no lo dudaron: me dijeron que esta era mi casa, todo muy ameno”, narra. Junto a Cimes, es su principal auspiciante.

En este club pasa varias horas al día: hasta que no finaliza su rutina no se va. Y luego sale corriendo a buscar a su hijo al jardín, también en el barrio. Por esto, siente que el Ateneo Félix Marino es  su “segunda casa”. “Es muy completo y encuentro todos los ingredientes, materiales e indumentaria para entrenar en alto rendimiento”, elogia. Y dice que es habitual que se quede charlando con los otros deportistas que entrenan, tanto los amateurs como los profesionales. 

Andrea cuenta que además del club, otro lugar donde es bien recibida en Devoto es “Stylo Cafe”, donde ha formado una buena relación con su dueño. “Una de las primeras veces que fui, me olvidé mi mochila cargada de pertenencias. Sin tener mis datos, esperaron a que vuelva, varios días después, y me la habían guardado. Esos gestos me parecen espectaculares”, indica la boxeadora. 

Próxima pelea

La Cobrita se está preparando para su próxima pelea. Será el 21 de julio, en Córdoba, por la categoría Mini Mosca (hasta 48,800kg) y a 8 rounds. Todavía no está confirmada su rival, pero estima que será venezolana o mexicana. Será con televisación en vivo de DirectTVGo y DSport Fight

El objetivo de Andrea es ganar esa contienda para sumar ranking luego ir poco después por el título Mundial. “Voy a ser campeona del mundo, lo tengo en mi cabeza”, manifiesta, y se dice muy agradecida con el “acompañamiento y cariño” mostrado por el barrio y sus vecinos.

Y suma a su entorno, su familia y su representante, que permitieron que no tire la toalla cuando regresó al boxeo tras su embarazo, y tres derrotas seguidas la desmoralizaron completamente.

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