Todos conocemos el método científico y posiblemente hasta recordemos cada uno de sus pasos: observación, planteo de una pregunta de investigación, formulación de una hipótesis, diseño de un experimento, recolección de datos y análisis de los mismos para arribar a una conclusión. Pero poner estos conocimientos teóricos en práctica en una situación experimental concreta no resulta tan sencillo y requiere la adquisición de ciertas habilidades.
“Todo esto se convierte en un verdadero desafío cuando el objetivo como docente es desarrollar el pensamiento científico en niños y niñas que cursan los últimos cuatro años de la escuela primaria, como es mi caso. Vivimos en una época donde todo es fugaz, inmediato y volátil. Estamos acostumbrados a obtener respuestas y resultados en segundos. En este contexto, el valor de la observación detallada y meticulosa resulta indispensable de enseñarse. La paciencia para obtener el resultado de un experimento no sabe de apremios.” explica la docente Silvana Sanguinetti.
“Nuestras clases se desarrollan íntegramente en los laboratorios del colegio en donde llevamos a cabo diferentes actividades que abarcan desde el diseño de un modeloexperimental y su montaje cuidadoso hasta el cumplimiento de normas de seguridad y la adquisición de vocabulario técnico específico tanto en castellano como en inglés. Y, a pesar de todas las dificultades que esta actividad pueda implicar en niños que van desde los 9 a los 13 años, los resultados son sorprendentes y maravillosos, continúa diciendo.
“En el ámbito del laboratorio podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad y atrevernos a explorar jugando a ser científico todas las semanas. Así fue que con los cuartos grados modificamos manzanas como parte del proyecto Egypt que llevaban a cabo con las maestras de grado. También nos integramos al proyecto de Pirates y escribimos mapas del tesoro con tinta invisible y observamos plumas con nuestras lupas estereoscópicas.
Silvana Sanguinetti – Science teacher
Villa Devoto School