Desavenencias societarias y una intervención judicial determinaron su cierre en 2021 • Trascienden rumores de interesantes proyectos en el lugar.
El pasado 18 de febrero se cumplieron cuatro años del cierre de Monte Olivia. Esa fecha será siempre recordada como un día triste para nuestro barrio. Las desavenencias societarias y una intervención judicial desgastante determinaron su cierre definitivo en 2021. De allí en más los reclamos legales y tiempos jurídicos fueron demorando la venta del inmueble. A la tristeza de perder al principal ícono comercial y afectivo de nuestra zona, se le fue sumando en todo este tiempo, el pesar de ir siendo testigos del deterioro y abandono de esa esquina emblemática para los devotenses. Quizás sirva de consuelo pensarlo como un tiempo de duelo que, como vecinos, nos tocaba atravesar.
LA SUBASTA
Semanas atrás, y por primera vez luego de cuatro años, la justicia había fijado fecha de remate para este 25 de marzo. Esquina codiciada por su inmejorable ubicación, desde hace tiempo trascienden rumores sobre interesantes proyectos comerciales posibles. Mientras las ofertas seguirán su curso, lamentablemente y por motivos estrictamente administrativos, la justicia habría encontrado inconsistencias en la documentación presentada para llevar adelante la subasta, razón por la cual se decidió aplazarla con fecha a confirmar.
HISTORIA DEL FIN
En horas de la tarde del 17/2/2021, comenzó a viralizarse por Whatsapp una imagen con el texto que anunciaba la despedida del comercio más icónico de Villa Devoto: Monte Olivia cerraba sus puertas tras 55 años de trabajo. A tal punto llegó el impacto de la noticia que en pocas horas el hashtag #MonteOlivia se convirtió en tendencia en Twitter. No solo clientes y vecinos manifestaron su sorpresa por el cierre de la tradicional heladería devotense. Muchos conocidos, con mensajes en sus redes sociales, lamentaron ya no poder disfrutar más de los helados y el ambiente familiar de este local. Vecinas famosas como Gabriela Sabatini o la periodista Dominique Metzger y hasta el diputado Fernando Iglesias manifestaron su tristeza por lo que fue la heladería para cada uno de ellos.
Rápidamente medios y periodistas que desconocían los avatares societarios que venía atravesando el emprendimiento, le cargaron la cruz de la pandemia y, seguidamente, la de la grieta tuerta. Pero eran ya conocidas para los locales las desavenencias que atravesaban desde hace años sus dos socios fundadores, Turi Viscomi y José Giuffrida.
Ese conflicto y lamentables situaciones vividas en el local, desembocaron en una intervención judicial en el 2016. Por entonces se llegó a un acuerdo y la heladería, que es propiedad de los socios fundadores, reabrió bajo la conducción de Viscomi.
Tiempo después Giuffrida fallece, y allí se abrió un interrogante sobre quienes continuaron administrando el 50% que le correspondía. Según confió Viscomi en su mensaje a los vecinos, la justicia le fijó, por el 50% de la propiedad, “un alquiler excesivo en dólares, que resulta insostenible para nuestras finanzas”. Esto derivó en la decisión de cerrar definitivamente el local. Según trascendió extraoficialmente, esa suma superaría los 5 mil dólares mensuales.