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Antonio Devoto: misterios y legado de su fallecimiento

El 30 de de julio se cumplen 109 años de su muerte

Quien fuera una figura clave en la historia de nuestro barrio, murió sin hijos ni testamento, una rareza para un hombre de su posición y época.

Este 30 de julio se cumplen 109 años de la muerte de Antonio Devoto, figura clave en la historia de nuestro barrio. Compartimos esta nota basada en un escrito de Susana Costa, ex miembro de la Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto, donde se revelan aspectos poco conocidos sobre su muerte y herencia.

Enfermedad y despedida

En los primeros días de julio de 1916, Antonio Devoto enfermó de pulmonía. El diagnóstico era grave y las perspectivas poco alentadoras. Sin embargo, su espíritu incansable y su constante compromiso con la realidad lo mantuvieron activo hasta el final. Según relata su segunda esposa, Elina Pombo, Devoto se interesaba hasta el último momento por la situación de Italia en la Primera Guerra Mundial. En un gesto emotivo, el día de su muerte, Elina le comunicó que la región de Trento, en litigio con Austria, había vuelto a ser italiana, lo que le provocó una sonrisa. Curiosamente, Trento no se incorporó definitivamente a Italia hasta 27 años después.

Antonio falleció el 31 de julio de 1916, a las 22 horas, en su residencia de la calle Reconquista 562, según consta en la partida de defunción firmada por el Dr. Antonio Piñero. La causa fue broncopulmonía y septicemia. A pesar del frío y la inclemencia del día siguiente, una multitud de argentinos e italianos acompañó su féretro hasta el Cementerio de la Recoleta, reflejando el respeto y la admiración que despertaba.

El diario La Razón destacó la presencia de lo más representativo de la sociedad porteña y de la colectividad italiana, incluyendo niños del Asilo Humberto I, que rindieron homenaje formando guardias de honor.

El cortejo fúnebre recorrió un extenso trayecto por la ciudad, desde la casa de Reconquista hasta el Cementerio del Norte, con la participación de familiares, autoridades y amigos. En la misa de cuerpo presente, celebrada en la Iglesia del Pilar, el Dr. Piñero se refirió con respeto y brevedad a la enfermedad que lo llevó a la muerte.

El legado inesperado

Antonio Devoto murió sin hijos ni testamento, una rareza para un hombre de su posición y época. Su vasta fortuna, compuesta por propiedades en Villa Devoto, el centro porteño, extensas tierras en La Pampa y Río Negro, así como acciones en importantes empresas y bancos, quedó en manos de su viuda, Elina Pombo, quien fue declarada heredera universal.

Para tomar dimensión de su éxito e influencia económica y política, al fallecer Antonio Devoto dejó en herencia: Campos en La Pampa Central, Río Negro y partidos bonaerenses (Las Flores, Dolores, Bahía Blanca, Tornquist y Coronel Pringles) – Extensiones territoriales de alto valor productivo y estratégico; Acciones en Frigorífico Argentino; Acciones en Colonia y Estancias Trenel (Inversiones en explotación agropecuaria y colonización); Acciones en Banco de Italia y Río de la Plata (Participación en el sector financiero, de gran importancia económica); Acciones en las Sociedades Devoto y Cía y Acciones en SACI La Inmobiliaria (Inversiones en el sector inmobiliario en desarrollo) y una cantidad importante de propiedades a su nombre, algunas de ellas en Devoto.

Finalmente, en 1930, sus restos fueron trasladados a la cripta de la Basílica San Antonio de Padua, en Villa Devoto, un templo cuya construcción Devoto había impulsado y que hoy es un símbolo del barrio que lleva su nombre. Allí comparte sepultura con sus esposas, en un lugar que representa el corazón de la comunidad que ayudó a construir.

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