El nuevo Código Urbanístico no permitirá que en los barrios residenciales se construyan edificios que no respeten la esencia de cada manzana.
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra en pleno debate sobre modificaciones sustanciales al Código Urbanístico (CUR), una normativa que desde su implementación en 2018 ha generado controversias y resistencias en numerosos barrios porteños.
El proyecto de modificación, que obtuvo, a fines de septiembre, la aprobación en primera lectura de más de 30 legisladores, busca establecer nuevas reglas de edificación para la Ciudad de Buenos Aires y sus barrios. Sin embargo, organizaciones vecinales como “Interbarrial Buenos Aires”, que integra a colectivos como Devoto Unido y Conciencia Urbana C11, han manifestado serias preocupaciones sobre los alcances de estas reformas.
Una de las principales críticas al código vigente, impulsado durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, radica en la eliminación de indicadores urbanísticos fundamentales como el Factor de Ocupación del Suelo (FOS) y el Factor de Ocupación Total (FOT). Esta modificación, junto con el aumento de alturas permitidas y la ampliación de la banda edificable, ha resultado en un incremento significativo de la constructibilidad que, según los vecinos, amenaza con alterar irreversiblemente el paisaje urbano tradicional.
La actual administración de Jorge Macri, sobre todo en campaña, reconoció la necesidad de revisar el código, tras evidenciarse diversos problemas en su aplicación. Los colectivos vecinales proponen modificaciones específicas que incluyen la reducción de alturas máximas permitidas, la recuperación del “pulmón de manzana” y una revisión exhaustiva de los usos comerciales, especialmente en zonas donde la mixtura de usos ha generado conflictos con la vida residencial.
Álvaro García Resta, Secretario de Desarrollo Urbano, generó polémica en una entrevista que concedió a Devoto Magazine, donde calificó estos reclamos como “populismo urbano”, sugiriendo que responden más a intereses políticos que a necesidades reales de los barrios. Esta declaración intensificó el debate entre funcionarios y vecinos.
Un aspecto crucial de la discusión es la ampliación del Área de Protección Histórica (APH36) y sus zonas de amortiguación, una demanda especialmente relevante para Villa Devoto, donde numerosas construcciones de valor patrimonial podrían verse amenazadas por los nuevos desarrollos inmobiliarios.
La Interbarrial Buenos Aires ha señalado que el proyecto actual carece de una adecuada perspectiva ambiental y no se ajusta al Plan Urbano Ambiental vigente. Además, cuestionan la legitimidad del proceso de modificación, argumentando que no se ha garantizado una participación efectiva de los Consejos Consultivos, instituciones barriales y autoridades comunales (ver nota Comuneros debaten el nuevo código y nota Audiencia pública…)
El debate se da en un contexto donde la densificación urbana y la preservación del patrimonio arquitectónico se presentan como objetivos aparentemente contradictorios. Según datos del Observatorio Urbano, en los últimos cinco años, Villa Devoto ha experimentado un incremento del 45% en las solicitudes de permisos de construcción para edificios en altura, mientras que el espacio verde por habitante se ha reducido en un 12%.
La Audiencia Pública en curso (ver nota) representa una instancia crucial para que los vecinos expresen sus preocupaciones y propuestas. Las organizaciones barriales insisten en la necesidad de incorporar más espacios verdes y zonificaciones UP (Unidad Parque), aspectos que consideran insuficientemente atendidos en el proyecto actual.
La resolución de este debate podría sentar un precedente importante para futuras modificaciones urbanísticas en la Ciudad de Buenos Aires, especialmente en lo referente al equilibrio entre desarrollo inmobiliario y preservación del patrimonio barrial.