El actual Jefe de Gobierno sostuvo que el nuevo CUR tiene como objetivo buscar un “equilibrio urbano” y proteger la identidad de cada barrio.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tal como había propuesto en campaña Jorge Macri, envió a la Legislatura porteña un proyecto de Ley con “ajustes” al Código Urbanístico (CUR) vigente desde 2018. Según las autoridades, la propuesta busca generar un “equilibrio urbano” y fomentar “la protección del patrimonio”. Esto impactará en barrios de casas bajas como Villa Devoto, Villa del Parque y otros de la Comuna 11.
Según trascendió de forma extraoficial, uno de los puntos relevantes es la inclusión de la llamada Unidad de Sustentabilidad de Altura Baja (USAB) para sectores históricamente residenciales y de casas bajas. Los grandes desarrollos sólo podrán llevarse a cabo en avenidas con la infraestructura adecuada, buscando crear espacios más permeables dentro de las manzanas. Además, la reforma busca revitalizar los centros comerciales barriales y fomentar el desarrollo en la zona sur de la ciudad, mediante un sistema de incentivos.
Esta se trata de una Ley de doble lectura, con una Audiencia Pública abierta a la participación ciudadana. No obstante, asambleas barriales que siguen el tema de cerca señalan que será el único espacio en el que sus propuestas serán escuchadas. Además, es oportuno aclarar, que esas son instancias no vinculantes, es decir, por más que el 99% de quienes participen manifiesten su desacuerdo, su opinión no cuenta a la hora de definir los términos relevantes de la ley.
Actualmente el CUR habilitó a edificar a mayor altura o mayor volumetría. Esto volvió rentable vender casas tradicionales para construir edificios de varios pisos, tendencia que buscan desalentar con la nueva norma.
TODOS DISCONFORMES
Malestar de vecinos y desarrolladores
Según revelaron funcionarios del GCBA, los ajustes pensados para el CUR se discutieron con representantes del sector inmobiliario como el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), la Cámara Empresaria de Desarrollos Urbanos (CEDU) y el Colegio Profesional Inmobiliario, entre otros.
En estos sectores había reticencia ante posibles cambios al actual Código. Señalaban que, si se rebaja la altura de construcción, muchos proyectos no serán rentables. Esto en un contexto donde el sector es uno de los que registra la mayor caída en medio de la crisis económica general.
En los últimos años se presentaron varios proyectos de Ley vecinales para modificar el CUR, protegiendo áreas residenciales y construcciones patrimoniales. Salvo los casos de Núñez y Lomas de Belgrano, todos, incluso el de Villa Devoto (ver pág. 14), fueron cajoneados o perdieron estado parlamentario. Por ello, la “Interbarrial Buenos Aires” expresó que este código está hecho “a la medida de los desarrolladores inmobiliarios”.