Muchas veces las rampas para discapacitados han sido motivo de quejas y reclamos por brillar por su ausencia. Sin embargo, en esta oportunidad, están causando un dolor de cabeza para una vecina. Se trata de María Ester, quien reside en la zona de Pedro Lozano y San Nicolás, y convive a diario con ciertos inconvenientes que estas rampas conllevan. “Tienen como 7 meteros. Realmente son muy grandes. Cuando llueve, al no tener cordón, el agua sube hasta la mitad de la vereda. Y a veces se inunda de cordón a cordón”, comenta la mujer. Pero no son únicamente problemas con la lluvia los que tiene esta vecina, sino que también explica que al ser tan grandes las rampas se le suben permanentemente motocicletas a la vereda de la casa. “Hasta un auto subió una vez. Es una locura”, sostiene. María Ester se comunicó con la redacción del periódico Devoto Magazine para hacer llegar su descontento y para ver si las autoridades gubernamentales deciden hacer algo al respecto, ya que cuando ella reclamó por su parte, no obtuvo respuestas. “Llamé al CGPC varias veces y nunca me respondieron. Estoy reclamando desde el 3 de marzo”, concluye.
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